jueves, 5 de enero de 2012

Pasado 1º: Jaque al rey


"- Jaque mate- Anunció Lucius.
Alexander maldijo en voz baja y Lucius esbozó una sonrisa de triunfo.
- Es muy fácil ganarte al ajedrez, primito-
- Siempre utilizas la misma táctica, Alex- Intervino Arthur -Es muy fácil predecir tus movimientos-
Alexander fulminó con la mirada a Arthur, que se encogió en la silla y se pegó un poco más a Shelly.
Esta, a su vez, dio un sonoro sorbo a su horchata y bufó;
-No entiendo qué interés le veis los hombres a ese juego tan estúpido -
Lucius Giró la cabeza hacia su prima y compuso una mueca irónica.
-El mismo que tú tienes por algunos hombres, querida primita-
Shelly hizo como si no hubiese escuchado nada y volvió a concentrarse en su copa de horchata.
La puerta del porche se abrió y apareció Jack. Una fina película de sudor cubría su pálido rostro y hacía que su cabello dorado pareciese mojado. Tomo asiento entre Shelly y Alexander y suspiró largamente, tras arrebatarle a Shelly el abanico y abanicarse con él.
-¡Dios mío, qué calor más insoportable! - Exclamó.
-Estamos en Agosto, querido ¿Qué esperabas? ¿Nieve?- Bufó Shelly -Además, vosotros los hombres no deberíais quejaros. No sabéis lo que es llevar corsé-
Alexander suspiró.
-Lo que tu digas, pero las mujeres no tienen que aguantar las capas o las botas. Eso sí que es realmente asfixiante -
-No más que los corsés - Aventuró Shelly.
Ambos se fulminaron con la mirada mutuamente hasta que Lucius estalló en carcajadas nuevamente.
-Ay que ver...A buena hora se le ocurrió a vuestros padres prometeos. Si estáis así ya, habrá que veros casados...-
Jack sonrió y le dio un codazo a Alexander, que le ignoró intentando parecer fascinado con el vuelo de una mariposa.
-Ni me lo recuerdes, por favor- Protestó Shelly- Se me revuelve el estómago nada más pensar que me tendré que casar con este necio...-
-¿¡Necio?!- Alexander salió de sus supuestas ensoñaciones y se encaró a su prometida.
-Calma, caaaaalmaaaa...- Terció Jack.
-Por cierto... ¿Alguien me quiere explicar porqué se celebra un baile mañana?- Dijo Arthur, cambiando astutamente de tema, antes de que la discusión se agravara.
-Ah, eso...- El rostro de Alexander se relajó notablemente -Pues, celebramos que Clara no es la Rosa negra -
-¿Clara?- Preguntó Shelly -¿Esa no es tu...?-
-Sí, mi hermanastra- Contestó Alexander sin mirarle a la cara.
Lucius sonrió sarcásticamente.
-Habría que ver la cara que puso Elisabeth al ver que su prometido había tenido una hija con una prostituta...-
Jack arqueó las cejas.
-Volviendo al tema inicial, señores y señorita- Dijo mirando a Shelly -¿Cómo es que se han dado cuenta ahora de que Clara no es la rosa negra? Diecinueve años encerrada en la torre y se dan cuenta ahora...-
-Al parecer, le hicieron la prueba de la espina y no la pasó- Contestó Alexander.
-Podrían habérsela hecho antes a la pobre- Dijo Shelly -Pero si la rosa no es Clara, entonces ¿Quién...?-
- Esta claro - Contestó Lucius -La benjamín de los Blackross. La rosa solo puede ser una mujer-
Arthur miró sorprendido a Alexander.
-¿Tu hermana? ¡Pero si solo tiene quince años! ¡Tu padre acaba de concederle su demonio! Es una cría...-
Alexander asintió con el semblante visiblemente preocupado.
-Pues yo no sé vosotros- Cambió de teme Shelly- Pero yo me muero de ganas de conocer a Clara ¿Cómo creéis que será?-
Jack sonrió.
-Si es de la familia Blackross, seguro que tiene el pelo negro y los ojos oscuros-
Todos miraron significativamente a Arthur, que les ignoró y volvió a preguntar.
-¿Elliot no volvía mañana también?-
Todos asintieron a su vez.
-A tu hermana le va a encantar la noticia- Dijo, mientras le guiñaba un ojo a Alexander.
Entonces, la puerta del porche se abrió por segunda vez, y de ella salió un muchacho alto, con el cabello dorado y lacio y los ojos bicolores: uno rojo y el otro, entre azul y verde.
-¿A dónde vas Vicent?- Preguntó Shelly con voz melosa.
Vicent le dedicó una sonrisa encantadora, que provocó que Shelly se sonrojara.
-La señora Elisabeth me ha mandado a recoger unas cosas, señorita-
Alexander frunció el ceño.
-¿Recoger? ¿Qué es lo que te ha mandado madre a recoger?-
Vicent fijó la mirada en Alexander. Durante un segundo, sus miradas se cruzaron, provocando una punzada de odio y desprecio en cada uno. Vicent apartó la mirada primero y la fijó en el jardín.
-Me ha mandado a que recoja un encargo que había hecho para la señorita Clara. Creo que un vestido, señor- Contestó, escupiendo con resignación la última palabra.
-Pues entonces, no te retrases- Le apremió Lucius.
Vicent se despidió con una ligera reverencia y le dedicó a Shelly otra de sus arrebatadoras sonrisas. Cuando se hubo ido, Shelly suspiró largamente.
-Ahhh...Ojalá me hubiesen prometido con alguien como él-
-¿Cómo Vicent?- Lucius rió - Si te refieres a Huérfano, vago y rompecorazones, es que tienes unos gustos muy raros, querida. Si sigue viviendo aquí es gracias a la infinita bondad de Elisabeth-Shelly volvió a suspirar.
-Ya, pero es tan guapo, tan caballeroso, tan...Misterioso...-
Los chicos se miraron entre sí, encogiéndose de hombros.
-Bueno, no te quejes. Al menos tú conoces de algo a tu prometido- Terció Arthur -A mi me prometieron con Clara ¿Recordáis?-
Jack sonrió, jovial.
-Bueno, tengo suerte, a mi no me prometieron con na...- Todos le miraron con sorpresa, pero para cuando se dio cuenta de lo que había dicho, era ya tarde.
Lucius bajó la cabeza.
-Lo siento Lucius- Dijo Jack, con su tono más inocente -Ya sabes que yo quise mucho a tu hermana. Yo no quería...-
-Pues no lo parece- Le cortó Lucius con un tono seco.
Tras un largo silencio, durante el cual, solo se escuchó el sonido del abanico y las cigarras, Arthur decidió intervenir.
-Bueno, entonces, a partir de ahora la benjamín de la familia va a tener que ocupar el lugar de Clara en la torre ¿No?-
Jack puso cara de preocupación y el semblante de Alexander se oscureció.
-Es por su bien- Argumentó -Madre me ha dicho que podré subir a verla, y Elliot también podrá subir. Tendrá una habitación enorme y...-
-Pero no será lo mismo, Alex- Dijo Shelly. Su tono de voz sonaba preocupado.
-¿Lo sabe ella?- Preguntó Jack.
Alexander volvió a asentir. Intercambiaron miradas de preocupación.
-Y... ¿Qué ha dicho?- Se atrevió a preguntar Arthur.
Alexander sonrió.
-Ha dicho que ya se lo imaginaba y que se estaba haciendo a la idea desde hace tiempo. Me ha preguntado que si iremos a verla. Y ha dicho que lamentará perderse nuestras jugadas de ajedrez-
Shelly sonrió con ternura y colocó su mano encima de la de su prometido.
El silencio volvió a ocupar el porche.
-Bueno- Dijo Jack, en un intento de apartar de todos aquel pesado silencio -¿Quién quiere jugar una partidita de ajedrez?"

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